Observo la televisión distraídamente, y de repente me doy cuenta de algo extraordinario. Estoy presenciando no solo el último vuelo de un transbordador en 30 años, también es el último del programa de transbordadores. El programa de vuelos tripulados ha pasado a manos privadas.
¿Cómo queda la Estación Espacial Internacional? ¿Qué irá a pasar con los pilotos? Cuando veo las imágenes del Atlantis elevándose tal vez por última vez no puedo evitar recordar todas las expectativas que este programa originó, todas las promesas que no pudo cumplir y toda la historia que deja.
El proyecto espacial, los primeros satélites, Peenemünde y sus nazis, von Braun, Gagarin y Armstrong, los caídos en la carrera a las estrellas. La nostalgia es una cosa extraña.
Solo queda esperar que la próxima generación de naves sepa cumplir con la Humanidad y no con un gobierno, que los países que continúen la exploración espacial entiendan que el universo es de todos.
"Hay un montón de sitio para todos en el espacio exterior ... Yo me imagino el gran día en el que una nave espacial soviética desembarque en la Luna un grupo de científicos, los cuales se unirán a los científicos británicos y estadounidenses que trabajen en los observatorios con el espíritu de cooperación pacífica y la competencia en lugar de pensar en las líneas militares"
Yuri Alekséievich Gagarin
JAVIER CONTRERAS
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